sábado, 6 de abril de 2024

azotes y abandonos

Se reía, tierna, al contárselo a sus hermanas. Tendría 40 años, yo 5. No sé lo que dirían ellas, yo sentía vergüenza y no le veía la ternura ni la gracia.
Le había pillado en la habitación sola. Le había dicho que le contaba algo, le confesaba algo, a cambio de que no me pegase. Algo había hecho. Malo. Malo a los ojos de una niña de 5 años. Se me había roto algo en las manos, creo. Lo había ocultado. No dormía, me sentía mal, necesitaba liberar. Y tenía miedo. 
Mi madre me tranquilizó, me dio a entender no habría bofetadas, o golpes o tortazos o cachetes o azotes o gritos o todo junto. Esta vez.
El miedo siguió. Después lo llamaría distinto, pero ahí estaba. Está?
No despertar a las bestias. Medir movimientos, buscar aprobación, ocultar errores, seguir las normas, no levantar la voz, no levantar la vista, no hacer cosas raras, no tocar nada, no decir cosas raras, ser buena, hacer lo correcto.
Desear la soledad, la liberación. Crear lugares secretos, llenarlos de objetos y palabras secretas. Montarme sueños secretos antes de dormir. Para poder dormir.
Como ahora. O como hasta ahora.
Ahora que ya todo es aburrimiento. Que está controlada la farsa. Que está superada. Con los disfraces que no entretienen siquiera. Habiendo patinado sobre la rutina. Habiéndome ido y habiendo vuelto. 
Ahora el tedio se me ha incrustado en las tripas y me dice lárgate. 
O me dice pues quédate y déjame olvidar

viernes, 19 de mayo de 2023

la piedra de agua

me rebosa el estómago y se me tuercen los dedos y me aprieta el cerebro y me crujen los tímpanos y se me ensanchan los ojos y me laten los dientes y me pincha el pecho y se anuda la garganta y se seca la lengua y se enfría la frente y se endurecen los huesos y se amarillea la piel y se esparcen los trozos y se mojan los huesos y se escapa el ser y se escurre el futuro y vuelvo a no poder respirar bien a nublarse el presente a pedir sin pedir sin querer ni esperar ni volver a mirar ni importar ni existir

martes, 23 de agosto de 2022

bofetada

La intuición que habitaba en mis senos se quebró y renació, amplia, única.

Las migajas del hambre no se logran ya digerir.

El barro seco, instalado en la planta de mis pies, aguijonea despiadado de madrugada.

Me hago líquida, me infiltro y desaparezco.

Un agradecimiento sarcástico, la incredulidad del presente, una bofetada por haber desobedecido.

miércoles, 17 de agosto de 2022

Mocos

Sórbete los mocos

aunque tengas un pañuelo

a mano.

Recoge, con ellos, 

los desechos

líquidos 

de tu cerebro.

Trágalos.

Digiérelos.

Cágalos.

sábado, 18 de junio de 2022

futuro presente

Era un hilo suave y desvaído, aquello tan lejano como imposible. Sabía que nunca llegaría, que siempre viviría aquí, en este presente, o en un mejor presente que imaginaba. Un presente paraíso, donde yo dejaba de ser yo, este cuerpo se abandonaba en ti y recibía tu cuerpo abandonado en mi. Un presente de frescura de amanecer, de calor de arena, de risa cómplice.

Pero llegó. Tal como lo vomitaba los sábados. La desnudez, los trozos rotos, la soledad. La caída. El futuro. 


martes, 9 de noviembre de 2021

el desgarro

no me preguntas por el desgarro

el desgarro que me surgía de las venas se ha elevado hasta infectar los dientes

y se ha suspendido perenne

se infiltró en los pulmones

me ahogué en su viscosidad

y seguí 

ahora floto en él

me aclaró o enturbió los ojos y el cerebro

me dejó recluida en la esquina 

mirándome al espejo salvaje de las horas restantes

apisonada por las propias suelas antiguas



sábado, 26 de junio de 2021

Atocha

Cómo fue el regresar? Cómo el despedirnos? Te fuiste hacia Cercanías, tiré hacia el metro o hacia la superficie a por un taxi. Haría calor, calor pesado y marrón de las noches del verano de madrid. Te vería alejarte y te odiaría. Pensaría en que cómo tendrías fuerza para andar, para irte, para volver. Me quedaría allí mirando tu hueco, borrosos los alrededores por el agua sobre las pupilas. Me quedaría allí, de pie, un rato, estación llena y vacía. Se me formaría un aro invisible alrededor del pecho que me comenzaría a estrujar. Me dejaría llevar o levitar, ciega, aprisionada, sola. Quizás recibiese un mensaje, tres besos, mi nombre escrito, quizá uno o dos corazones. Quizá tres corazones. Y ya estaría. Tocaría cambiar, como tantas veces antes. Olvidar. Rehacer pensamientos en frivolidad. Vendrían los silencios. Otro año más. Intentar rehacerse día a día. Pero cayendo en ti día a día para sobrevivir.